Nos encanta manteneros informados sobre todo lo relativo al transporte y algo que suscita mucha curiosidad en relación al sector es sobre cómo es el transporte de la vacuna que hoy en día, supone la salvación a esta pandemia que vivimos.

La cadena de frío

Se denomina cadena de frío a un proceso organizado de distribución, transporte, manipulación, conservación y almacenamiento en condiciones óptimas de luz y temperatura.

Garantizando en todo momento la inmunogenicidad y la eficacia protectora de las vacunas, desde que se produce la salida del laboratorio fabricante hasta el momento de la administración de la vacuna a los pacientes.

Las claves para transportarlas

Aunque existen diferentes tipos de vacunas, como se explica en el siguiente punto, comparten tres claves fundamentales:

  • Cadena de frío. Es, quizás, una de las más importantes para poder transportar las vacunas. Aunque cada una de ellas ha de mantenerse a diferentes temperaturas, la refrigeración es una parte primordial.
  • Embalaje. En consonancia con la clave anterior, la principal idiosincrasia del embalaje de este tipo de vacunas es que deben conservar el frío perfectamente, aunque la temperatura ambiente sea alta.
  • Logística. En concordancia con todo lo anteriormente descrito, el transporte de la vacuna del coronavirus debe mantener la cadena de frío. Se trata de camiones que están especialmente diseñados para este fin o bien que tienen un sistema adecuado para conocer todos los detalles sobre la temperatura de la carga.

En un post anterior escribimos sobre los sensores de temperatura, se explica en profundidad cómo es el proceso de esta cadena de frío. En líneas generales, este tipo de transporte tan específico debe:

  • Asegurar que no se producirán los cambios de temperatura de los productos
  • Tener correctamente los indicadores que registran la temperatura.
  • Puertas herméticamente cerradas y con un sensor para tener toda la información sobre la apertura de puertas.

Características específicas de cada tipo de vacuna Covid-19

Cada tipo de vacuna Covid-19 ha sido diseñada de forma diferente y, por ello,  sus características y mantenimiento también lo son.

Vacunas como la de AstraZeneca requieren temperaturas relativamente normales, mientras que la de Moderna necesita estar en torno a los -20 °C.

La vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech sube un poco más la apuesta, con una conservación que se sitúa entre 70 °C y 80 °C bajo cero, aunque nuevos datos dan esperanzas para que se puedan almacenar a temperaturas menos extremas.